La adulteración de gasolina en México representa una crisis de gran escala que no solo impacta la economía del país con pérdidas fiscales anuales de aproximadamente 19 mil millones de pesos, sino que también pone en riesgo la salud pública y el medio ambiente. Así lo expuso Andrés Gutiérrez Torres, experto del Laboratorio CIEFSA de calidad de combustible, durante su participación en la edición 2025 de Expogas, evento organizado por la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES) en el Centro de Convenciones y Exposiciones Isla San Marcos.
En su conferencia "Importancia de la trazabilidad de los combustibles", Gutiérrez Torres destacó que el problema de la adulteración afecta al 35% de las estaciones de servicio en el país. Explicó que este fenómeno se debe en gran parte a la infiltración del crimen organizado en el mercado de los combustibles, lo que ha permitido la proliferación de esta práctica ilícita.
La manipulación del combustible ocurre cuando se añaden componentes como nafta ligera y alcoholes de baja calidad para reducir costos. Estas alteraciones afectan el octanaje del combustible, provocando daños en los motores de los vehículos, afectaciones en los convertidores catalíticos y pérdida de potencia en los automóviles. Además, el impacto ambiental es significativo, ya que la quema de estos combustibles adulterados libera mayores cantidades de contaminantes al aire, lo que contribuye a la mala calidad del aire en diversas ciudades del país.
Uno de los sectores más vulnerables ante esta problemática son los trabajadores de las estaciones de servicio, quienes están expuestos de manera constante a vapores de combustibles adulterados que contienen solventes altamente cancerígenos. De acuerdo con estudios recientes, alrededor de 22 mil personas mueren anualmente en México a causa de enfermedades respiratorias vinculadas a la contaminación del aire, agravada por el uso de combustibles de baja calidad.
Además de las repercusiones en la salud y el medio ambiente, esta práctica representa una amenaza para la economía nacional. El eslabón más vulnerable en esta cadena son los comercializadores, quienes muchas veces operan sin infraestructura adecuada para verificar la calidad del combustible que reciben y distribuyen. Esto ha generado un mercado negro en el que los consumidores finales pagan por un producto que no cumple con los estándares de calidad y seguridad establecidos.
Ante este panorama, expertos como Gutiérrez Torres hacen un llamado urgente a las autoridades para reforzar los mecanismos de control y trazabilidad de los combustibles en el país. Señalan que es indispensable endurecer las regulaciones, fortalecer la supervisión de estaciones de servicio y promover la implementación de tecnologías que permitan detectar con mayor precisión la adulteración de combustibles, con el objetivo de frenar esta problemática que afecta a millones de mexicanos.
Apuntó que la adulteración de combustibles es solo una de las cuatro formas de huachicol que existen en el país. Según Gutiérrez Torres, el crimen organizado está directamente involucrado en estas operaciones, controlando la distribución y comercialización del producto ilícito.
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